No hasta hace mucho, 20 años, la mayoría de las personas viviendo con VIH, en algún momento, su sistema inmune sufría el avance del virus y dejaba el cuerpo expuesto a enfermedades e infecciones que podían causar la muerte. Desde 1997, existen tratamientos altamente eficaces de la infección por VIH, que han logrado prácticamente transformar esta infección en una condición crónica de salud.

 

Para no enfermar, las personas con VIH, deben tomar antirretrovirales (medicamentos para controlar la replicación del virus) todos los días de sus vidas. Pero cada vez, hay más y mejores opciones terapéuticas.

 

Con el conocimiento y la concientización, proporcionalmente, hay un menor grado de discriminación hacia las personas con VIH, pero aún falta un largo camino. El resultado de una prueba de VIH positiva no es una sentencia de muerte o  tampoco un juicio de valor sobre las consecuencias de tus acciones. Es lo que es, nada más, el diagnóstico de una enfermedad, que aún cuando ha dejado de ser mortal, es compleja.

 

Argumentando lo obvio, es mejor no tener VIH, si lo puedes evitar. Y algunos comportamientos sexuales que no incluyen el uso del condón han crecido, quizás a la luz que la gente percibe que VIH/SIDA ya no es un problema de salud tan grave.  Esto en parte es cierto, pero debes recordar que hay cientos de miles de personas que viven con VIH y no lo saben. Y esa persona puedes ser tu.