Uno se preguntaría por qué hay muchos activistas que viven con VIH dando la batalla por el acceso a la prevención o en particular a la PrEP, entre otros temas. Principalmente, porque la comunidad de las personas que viven con VIH deben involucrarse en la prevención combinada (y primaria), la condición de vivir con VIH no nos hace menos responsables de apoyar, colectivamente los esfuerzos para que más personas sigan VIH negativas. En lo individual cada uno que se cuide.
Con la salud y el VIH, la respuesta debe ser holística e integral, y no podemos darnos el lujo de ocuparnos solo del tratamiento. Las personas con VIH, que algunas vez fueron VIH negativas, en su mayoría provienen de las poblaciones clave, y tiene mucho que aportar. Por ejemplo, son quienes pueden tener un mejor acceso a las poblaciones de mas difícil acceso. Hemos aprendido mucho en nuestros cuerpos, y en nuestro trabajo, que es de mucha utilidad. Así también, con nuestro extenso activismo en acceso y educación para el tratamiento, como con las cuestiones de precios y patentes, hay bastante que aportar en un uso optimo y ético de aquellas intervenciones de la prevención combinada más biomédicas.
En algunas organizaciones de poblaciones clave el tema VIH y salud sexual paulatinamente se esta cayendo de la agenda, podemos dar una mano en la reflexión y el debate de traer de regreso el tema en la agenda.
Sabemos que no hay un consenso completo sobre el uso de la PrEP y es tiempo de seguir discutiendo y reflexionando. Pero, no nos olvidemos que en los 90´s nos dijeron que el tratamiento antirretroviral era un lujo, medicalizar y que nosotros no los sabríamos usar adecuadamente. Hoy hay más de 10 millones de personas en tratamiento, porque no nos compramos aquel discurso conservador. Nuestros Estados y su gobiernos son los garantes de nuestra salud y bienestar. Prevenir es más económico pensando tanto en el presupuesto, la morbilidad y la mortalidad.
Mientras haya un grupo de personas VIH negativas que quieran y demanden la PrEP, debemos acompañarlas y apoyarlas, compartiendo también lo que sabemos que funciona y lo que no, en el activismo, la adherencia, etc.
Debemos involucrarnos en la prevención primaria y combinada del VIH, no por el discurso estigmatizante que “deberíamos ser individualmente responsables que el resto del mundo siga negativo”, sino porque el VIH corre por nuestras venas, y nos atraviesa el compromiso político de ser útiles en una respuesta mas integral. Porque sabemos en carne propia que no es lo mismo vivir con que sin el virus. Debemos interpelar (nos) derrumbando las casillas, los silos y las simplificaciones que infantilizan la respuesta a la epidemia.
Quienes mejores que nosotros para apoyar a un colega, camarada o amigo que empezará su PrEP y apoyar la adherencia, recordarles que existe la PEP, la importancia de usar condones, controlarse las ITS, pero sobretodo, hacerse la prueba y saber si sigue VIH negativo, y sino empezar su tratamiento inmediato.
Por lo menos así yo lo pienso y lo siento.