Existen aún cierta resistencia en algunas de las organización de Gais, Lesbianas, Trans e Intersex, como también en las organizaciones de VIH/SIDA, sobre la promoción del uso de la PrEP, que podríamos sintetizar a continuación:

 

• Tomar un medicamento todos los días: Se cuestiona el hecho que la PrEP requiera que las personas tomen un comprimido de un droga a diario. Sin embargo, si esa personas resultara VIH positiva deberá tomar de por vida muchos otros medicamentos para controlar al virus en el cuerpo. Mejor es prevenir que tratar.

 

• La medicalización de la respuesta: No esta muy claro el significado de esta noción, pero asumimos que existe la preocupación que el control de la epidemia se estaría poniendo en manos de los médicos y científicos debido a que las nuevas respuestas de prevención son biomédicas. La lucha contra el VIH tiene décadas de fracaso tratando de cambiar el comportamiento humano para lograr que las personas usen en forma constante y correcta el preservativo en todas sus relaciones sexuales, por ello quizás la prevención combinada sea la respuesta a tantos intentos fallidos.

 

• La resistencia viral y los efectos secundarios: Es cierto que tomar cualquier medicamento puede tener algún efecto secundario o adverso que incomode a su usuario. Pero hay un numero muy significativos de estudios que demuestran que la PrEP es altamente tolerable y que los efectos secundarios son más recurrentes al principio.

 

• El aumento de las Infecciones de Transmisión Sexual: Es cierto que si las personas utilizan sólo la PrEP corren mayores riesgos de adquirir infecciones de transmisión sexual. Las que por supuesto no son deseables, pero en su mayoría tratables o curables. Cabe recordar que la recomendación del uso de la PrEP es junto a los condones o preservativos.

 

Miles de personas que vivían con el Virus, se movilizaron desde finales de la década de los 90, para luchar por el acceso al tratamiento del VIH, entonces se les dijo que eran muy costosos y que los Estados no podrían comprarlos. Hoy, hay más de 10 millones de personas en el mundo en tratamiento antirretroviral y ningún país quebró por ello.

 

Para aquellas personas que tienen acceso a los medicamentos para controlar la infección del VIH, su situación se ha transformado de un enfermedad de pronostico mortal, a una condición de salud crónica. Esto es el resultado de la movilización y presión de las personas que necesitaban el tratamiento y las organizaciones de la sociedad civil. ¿Qué diferencia hay con aquellos que hoy necesitan de una droga para prevenir la infección?